El lector, seguramente, ha estado acostumbrado a leer diversas obras relacionadas con el desarrollo del poder de la voluntad. Basta recordar a autores antiguos como Paul-Clément Jagot y algunos otros más, en su género pseudo-ocultista, tratando de desarrollar dicho poder recurriendo a técnicas mentaloides al estilo de las escuelas pseudo-rosacruces, como aquella que insinuaba colocar un punto negro en una pared y fijar la concentración en el mismo, sin parpadear, durante todo el tiempo posible…
Estas técnicas tan solo sirvieron para embotellar, aún más, la mente humana codiciando poderes con el propósito de manipular a nuestros semejantes.
Desde el punto de vista gnóstico, todas esas falsas «proezas» no hacen otra cosa que aumentar la energía indeseable del Ego animal en la humana criatura. La verdadera voluntad hay que buscarla en el Señor interior, el Cristo íntimo de los gnósticos, que, como bien dijera San Pablo, forma parte de muestra naturaleza anímica.
Sí, caro lector, esta obra que tienes en tus manos y que lleva por título VOLUNTAD CRISTO te mostrará el camino a seguir para, realmente, crear una fuente de voluntad perpetua capaz de guiar tus pasos hacia la llamada liberación anímica, consiguiendo, en consecuencia, el religare con esa fracción de Dios en nosotros y que en Gnosis llamamos el Real Ser, lo inmutable, lo eterno, etc., etc., etc.
Creando dentro de nosotros, como lo indica el Gnosticismo, un vehículo atómico relacionado con la esfera de la voluntad, podremos comprender y realizar la voluntad del Padre tanto en los cielos –de Conciencia– cono en el mundo físico. Es de esta manera como el ser humano puede, entonces, tener realidad en las dimensiones superiores del espacio y, de manera específica, en el Mundo Causal o esfera de Tiphereth, hablando en términos cabalísticos.
Con este tratado, paciente lector, el V.M. Samael Aun Weor, auténtico Maestro de Misterios Mayores y Avatara de la Era de Acuario, nos muestra, claramente, el camino para convertirnos en personas con verdadera identidad anímica y de este modo abandonar el estado de humanoides que nos impide crear nuevas circunstancias para convertirnos en Reyes de la Naturaleza, según la mismísima voluntad de nuestro Creador.
AVRO CLAVSA PATENT.
–‘El oro abre las puertas cerradas’–.
