El Santo Ocho, la Orden Sagrada del Tíbet

Acostado en su cama, antes de dormir, el discípulo realizará la siguiente práctica:

Poner la mente quieta y en silencio, adormecerse pensando en la figura del santo ocho –infinito–, hacer trazos sobre el corazón de acuerdo con la descripción anterior. Dejad a dicha figura sumergirse en vuestra Conciencia, luego poned la mente en blanco sin pensar en nada.

Así, después de cierto tiempo, despertaréis Conciencia en esa región que se llama mundo astral.

El santo ocho es un símbolo muy importante e interesante. Encierra, define y enlaza las corrientes magnéticas que se establecen entre el Hombre Terrenal y el Espiritual. Tal signo junta o separa todos los elementos regidos por la energía atómica si se traza con los dedos medio, índice y pulgar sobre la superficie del plexo cardíaco.

El discípulo, momentos antes de acostarse para hacer esta práctica, debe invocar con todo su corazón y con toda su alma al Gran Regente de la Orden Sagrada del Tíbe, Bhagavan Aclaiva. Esta Orden es la más poderosa de toda la tradición oriental. Se compone de 201 miembros, la plana mayor está formada por 72 brahmanes.

Bhagavan Aclaiva os ayudará a salir conscientemente en cuerpo astral. Invocadle cuando estéis meditando con el signo sagrado del Infinito. Una noche cualquiera seréis invocados desde el Templo del Himalaya. Allí seréis sometidos a siete pruebas; allí se os enseñará la Ciencia Secreta.

Samael Aun Weor
Curso esotérico de kábala (capítulo 1)

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