Con la aparición de la Pistis Sophia develada por el V.M. Samael Aun Weor se rasgaron los velos que cubrían los arcanos de la ciencia de Hermes Trismegisto.
Toda la ciencia del Camino esotérico, a la cual se refieren diversos textos gnósticos arcaicos, queda explícitamente develada gracias a la pluma del verdadero Avatara de la Era de Acuario: Samael Aun Weor.
El misterium magnum relacionado con el regreso del alma a los Aeones de luz eterna deja de ser una quimera y también una simple concepción teológica de índole intelectual, merced a las excelsas enseñanzas enhorabuena dictadas por el mismísimo Gran Kabir Jesús y grandiosamente comentadas por un auténtico Hombre Solar: el autor de la presente obra.
Los cimientos en los cuales descansa la teología cristiana no resultan debidamente comprendidos si no cuentan con los postulados metafísicos de la Pistis Sophia. Para nadie es un secreto que una cosa hablaba Jesús a las multitudes, y otra, muy distinta, era lo que enseñaba a sus discípulos.
Incuestionablemente que esta enseñanza elevadísima entregada por el Rey de Reyes y Señor de Señores –Jesús el Cristo– da sentido real a todos los grandes pasajes bíblicos del Antiguo Testamento, y se convierte, por lo tanto, en la guía inequívoca del verdadero aspirante a la gran Luz.
Indubitablemente que Pistis Sophia –el Alma Humana–, sumergida en el caos de su propia inmundicia e ignorancia egoica, siempre ha reclamado una ayuda verdadera y eficaz para abandonar esa triste condición que la mantiene, hoy por hoy, atada a las ilusiones de la materia…
La tradición decía que solo las palabras de la Pistis Sophia podrían liberar a las masas humanas de su aturdimiento y desarraigo espiritual. También se dijo que a pesar de la aparición de mensajeros y profetas en los diferentes rincones de nuestro mundo, nada se resolvería en materia de salvación anímica si los axiomas y sentencias de la Pistis Sophia no eran resueltos.
Como quiera que el contenido de la Pistis Sophia está originalmente escrito en términos metafóricos, no había sido posible entregar su verdadero mensaje a la humanidad. Empero hoy, en pleno siglo XXI, finalmente esta obra reaparece ante nuestros ojos como una joya de eterno valor para gozo íntimo de todos aquellos en quienes el Espíritu divino o Real Ser ha determinado el momento y la hora en que debemos regresar al punto de partida original.
FIAT LUX.
–‘Hágase la Luz’–.
María Magdalena es la pecadora arrepentida; Kundry, Gundrigia, la mujer tan indispensable para la Gran Obra.
Ser salvado y salvar a Kundry, Magdalena, es algo grandioso. María Magdalena no puede jamás faltar en el Drama Cósmico.
En verdad, en verdad os digo que primero podría faltar luz a la Tierra antes que faltar una María Magdalena junto a un gran Iniciado.
Samael Aun Weor