La revelación de los Misterios Iniciáticos, sobre los cuales se apoya la auténtica Fraternidad Blanca, queda en poder del amable lector gracias a esta monumental obra del V.M. Samael Aun Weor titulada Los misterios del fuego. Exquisita y clara a la vez, resulta la manera de tratar el desarrollo de los poderes ígneos en la anatomía orgánica y oculta del asceta, merced a la experiencia con la que este Gran Maestro aborda dicha temática, y en la cual se acusa un profundo conocimiento de los más remotos milagros realizados por las Inteligencias Cosmocratoras en el inicio de este Gran Día Cósmico o Maha-Manvantara.
Realmente, para hablar de las propiedades del Fuego Sagrado es menester poseer los distintos dones que este confiere a los aguerridos espíritus liberados, y, una vez bañados en esta fohática potencia, podemos tener conciencia de la naturaleza divina, ya que ella en sí misma es producto del Fuego Cósmico desprendido de los más elevados Aeones –dimensiones superiores– hasta las rondas de cristalización de estas sublimes energías en las diversas categorías de materia que todos conocemos.
Leer y practicar los planteamientos de Los misterios del fuego significa prepararse para el advenimiento de la Conciencia preclara del Espíritu divino del hombre –Real Ser de la filosofía hermética–, y tal es el cometido de estas páginas, como un obsequio divino traído a la humana especie por un Maestro de Compasión o Bodhisattva Redentor.
El Fuego y el Verbo que inició la creación y todo lo que en ella existe han estado y estarán siempre en profunda relación, ya que la Gran Palabra es, asimismo, el Gran Huracán de Luz, el rayo fecundador de todas las mitologías clásicas de todos los pueblos y, por ende, la Gran Luz inconsumible de las diversas religiones que en el mundo han sido. El hombre, en síntesis, es hijo de la luz, y al despojarse de tal luz, quedó sumergido en tinieblas. A tal efecto, la Kábala nos ha dicho siempre: «El absoluto es hijo del caos y el infierno es la matriz del cielo». Nosotros te decimos, al lado del V.M. Samael: «Allí donde son más espesas las tinieblas, resplandece más la luz, y si tu estrella divina te abandonó, con esta obra la puedes reconquistar»…
LUX IN TENEBRIS LUCET.
–‘La luz brilla en las tinieblas’–.
Kwen Khan Khu