LA ETERNA DUALIDAD CÓSMICA
Dios es macho y hembra a la vez,
Iod-Heve y Vau-Heve,
y nos dio el libre arbitrio para enseñarnos a diferenciar.
Él creó la Luz y las Tinieblas;
el día para trabajar y la noche para reposar;
el cielo para los puros y el infierno para los impuros;
la virtud para los castos y el pecado para los perdidos;
el bien para los bienaventurados y el mal para los desventurados;
la salud durante un tiempo, la enfermedad en otro tiempo;
la alegría para disfrutarla, la tristeza para soportarla;
la belleza para admirarla, la fealdad para reflexionarla;
la eternidad para los liberados, el Samsara para los esclavos;
el amor como perfume, el odio como pestilencia;
la vida como una escuela, la muerte para calificarnos.
Somos binomio teológico, hechos de Alma y Espíritu.
Con el karma se nos castiga, con el dharma se nos premia.
Existe el Hombre verdadero y el animal racional.
Hay ciertos iluminados y muchos ensombrecidos.
Dos ritmos tiene el universo: el Mahaván y el Chotaván.
Vivimos en el Día Cósmico y desaparecemos en la Noche Cósmica.
Existe lo oculto de lo oculto y lo ilusorio o profano.
Veneramos la verdad y repugnamos la mentira.
Hay tiempos y tiempos y la mitad de otro tiempo.
Más allá de todo tiempo tiene su hogar la Seidad.
Oremus…
KWEN KHAN KHU