En el presente tratado titulado Horizontes de luz, el V.M. Kwen Khan Khu hace una demostración de su sabiduría en los temas que se asoman a lo que tradicionalmente se ha conocido como ocultismo o esoterismo, pero que, en la desvelación de dichos enigmas, viene a conocerse como Gnosis. Dicha Gnosis es, pues, la revelación de lo oculto, la explicación de lo desconocido, la iluminación de aquello que nunca la oscuridad de la mente había comprendido. Se trata, además, de una obra cargada de la belleza de los poemas en los que el alma del autor muestra de manera explícita las incertidumbres, las cumbres y los valles por los que transita en su camino hacia la verdad. Una obra formidable en lo didáctico, en el lirismo y en el lenguaje sencillo y directo, imprescindible para todo aquel se realmente se aventure a descubrir los secretos que en él mismo se encierran.
«Hoy en día, al inicio del siglo XXI nos estamos convenciendo gradualmente de que al menos durante doscientos años nos han estado engañando quienes escriben teorías políticas, y sus actividades han traído sufrimiento en lugar del paraíso terrenal que habían prometido. El Dios de la salvación política se ha revelado como un Dios que fracasó. Otro camino hacia la salvación secular que en cierto sentido es un Dios que nos ha fallado es la ciencia. Aunque la ciencia ha aumentado nuestro conocimiento del mundo físico y nos ha dado herramientas para dominarlo, de ninguna manera nos ha redimido de nuestro predicamento existencial. Al mismo tiempo, permanecemos en gran medida en las tinieblas respecto a los mundos que están en nuestro interior y por encima de nosotros –léase: dimensiones superiores–. En ocasiones se ha resumido a estos mundos con la palabra Conciencia. En resumen, cuando hablamos de la Conciencia estamos hablando del campo de la Gnosis. Jung ciertamente lo reconoció, y esto lo llevó a conjuntar de manera ingeniosa la psicología con la Gnosis y con el Gnosticismo. Los gnósticos de la antigüedad, como lo reconoció Jung, hicieron descubrimientos singulares en el campo de la Conciencia, precisamente porque emplearon modos de percepción que no estaban limitados por los estándares del Ego y sus tendencias racionales y extrovertidas».
–Stephan Hoeller, Gnosticismo–
«La Gnosis salvadora tampoco es el resultado de simplemente leer, de especulación mental intelectual o de discursos. Para ser liberados del predicamento de la ignorancia espiritual, necesitamos ayuda y también necesitamos nuestros propios esfuerzos. Aquellos a quienes los mensajeros de Luz despiertan de su sueño espiritual, y que luego ponen de su parte la cantidad necesaria de esfuerzo y diligencia espiritual, llegan a ser verdaderos gnósticos –conocedores o pneumáticos, personas verdaderamente espirituales–; por el contrario, las demás personas permanecen inconscientes y atadas a la tierra».
–Stephan Hoeller, Gnosticismo–