Muy queridos lectores:

Os hago llegar estas líneas para tratar de desentrañar, aún más, lo que llamaríamos:

EL MISTERIO GNÓSTICO DEL ABRAXAS

Ya en otra oportunidad hicimos una exposición de principios acerca de este arquetipo tan singular que, ciertamente, engloba en su apariencia muchos misterios relacionados con la GRAN OBRA INTERIOR.

Hemos de partir de la base de que, ante todo, ABRAXAS es la energía sexual misma que engrandece o esclaviza al ser humano. Ha sido la FORNICACIÓN quien ha llevado al humanoide terrestre a perder su voluntad y sus anhelos para poder acercarse a las fuerzas divinas, es decir, al SER.

También hemos hecho la descripción de los elementos que componen esta figura arquetípica muy remota, la cual estuvo no solo presente en la cultura grecorromana sino aun después, durante la Edad Media y el siglo XVIII, como parte de los estudios alquimistas y ocultistas en general…

Permítaseme de nuevo acotar en estas cuartillas unas palabras del eminente investigador del Gnosticismo Stephan Höeller al respecto de lo que lleva en sus adentros esta figura excepcional, veamos:

«He mencionado que sería un grave error equiparar a Abraxas con algún tipo de Demiurgo gnóstico convencional. Sería mucho más correcto decir que es la fuerza liberadora mediante la cual el amor y la sabiduría son capaces de realizar la tarea de emancipar al alma humana de la esclavitud del cosmos. Por encima de todo, Abraxas es terrible [léase: explosivo]. Estimamos que esta palabra no debería ser comprendida en términos vernáculos contemporáneos, sino en el sentido de la terribilitá [léase: revolucionaria] del hombre del Renacimiento, una cualidad que significaba ser temido y admirado a la vez y que, según se decía, poseían todos aquellos que sobresalían naturalmente como personas excepcionales.

Abraxas es terrible, su látigo no es muy diferente de la cuerda anudada con la que Jesús azotó a los cambistas en el templo. Esta cualidad de lo terrible no es el sello distintivo de la maldad o de la arrogancia ignorante, como uno podría descubrir en el caso del Demiurgo, sino la manifestación natural de la fuerza titánica que, inevitablemente, llena la Conciencia humana de terror y temblores [entiéndase: cuando no es comprendida ni controlada]».

Y añade el mismo autor:

«El Cristianismo moderno y el mundo occidental en su conjunto ya han alcanzado un punto de crisis y las opciones disponibles no resultan demasiado atractivas. No deseamos una de esas catástrofes apocalípticas que han desfigurado nuestra historia pasada, ni tampoco el camino deshumanizante de Oriente que daría como resultado una decadencia irremediable de nuestros principios. Acaso la única posibilidad que nos queda sea Abraxas, es decir, una proyección de nuestra alma tanto hacia el exterior como hacia el interior, tanto hacia la luz como hacia las profundas sombras de nuestras raíces biológicas, con la esperanza de encontrar el arquetipo puro en la combinación de ambos. Este arquetipo puro sería la imagen del Dios que está dentro de nosotros, y que ha estado demasiado tiempo sumergido, como la Atlántida, bajo las aguas de nuestra Conciencia. De este modo Abraxas significaría también el Hombre Total»……

Adentrándonos ahora en el símbolo que nos atañe, diremos que, ciertamente, Abraxas aparece con su cabeza de gallo para indicarnos que es el nuncio del Sol, el que anuncia el alba de un nuevo día. Tal es la cualidad específica de nuestro Mercurio Filosofal.

Su tronco está cubierto de una armadura metálica, pues él es, en sí mismo, el metal alquímico que, unido al fuego, fabrica nuestra armadura argentada.

En uno de sus brazos lleva el látigo de la voluntad, sin la cual él no es manejable y podría ir destruyendo a la humanidad, tal como ha sucedido con la actual humana progenie al haberse hecho esclava de la fornicación.

La cabeza de gallo nos recuerda el GAIO de los gnósticos, el sagrado mantra I.A.O. presente en nuestros tratados de Alquimia y en nuestras prácticas avanzadas.

Ya hemos dicho muchas veces que el escudo que porta en el otro de sus brazos simboliza la prudencia, muy necesaria cuando el devoto quiere recorrer el camino y enfrentarse a los misterios de la Novena Esfera.

Sus piernas serpentinas, además de simbolizar los canales llamados IDÁ Y PINGALÁ en el Tantrismo indostánico, por los cuales el Mercurio asciende victorioso a lo largo de la espina dorsal hasta establecerse en el entrecejo del Iniciado, están en este grabado conformando el signo del infinito. Esto último nos recalca de manera determinante que solo mediante el agua radiante, EL MERCURIO DE LOS SABIOS, podemos aspirar a la eternidad y abandonar la rueda del tiempo ─léase: Samsara─.

Hay tres figuras añadidas en este grabado que resultan interesantísimas.

La mujer arrodillada y temerosa de la furia del Abraxas nos hace un llamado a saber escoger a la mujer idónea para el trabajo en la Forja de los Cíclopes. Esa mujer no puede ser la Eva-Venus ─la mujer amante de la fornicación─, pues ella sería nuestra propia perdición. Recordemos, asimismo, que la mujer es la puerta de entrada al Edén. Con la mujer salimos del Edén a causa del deseo animal y solamente con la mujer podremos redimirnos ante los ojos del Padre mediante el sacramento del amor alquímico.

Curioso resulta también observar al Abraxas sentado sobre la piedra de nueve lados. Muchos verdaderos Maestros del Ars Magna ─la Alquimia─ han dicho que la Piedra Filosofal es una Piedra cúbica de nueve lados, todo lo cual significaría que la redicha Piedra bendita tiene nueve caras, correspondientes a la auténtica PIEDRA DE LOS ESPLENDORES que es coronada con el triángulo representativo del eterno Triamazikamno ─las tres fuerzas primarias de la creación─.

Terminamos nuestra descripción mostrando, para nuestro lector, el singular mantra ABRACADABRA, el cual está aquí dividido en sílabas. Abracadabra es el mantra que abre todas las puertas y en nuestro grabado nos está diciendo que, mediante Abraxas, mediante el Mercurio Azufrado, se abren para nosotros las puertas del cielo y las puertas que guardan todos los misterios…..

Muy cerca de Abraxas y de la mujer arrodillada observamos una calavera o cráneo. Este es el pensamiento de la muerte, la recordatoria constante que se nos hace para MORIR EN SÍ MISMOS, destruir nuestro Ego animal a fin de triunfar en la conquista del Vellocino de Oro ─el Cristo íntimo─.

Me permito añadir, nuevamente, unas consideraciones finales enhorabuena brotadas de la pluma de Stephan Höeller:

«La individualización de la humanidad, por un lado, se extiende hacia el cielo, donde la excelsa y Divina Madre receptiva de la mente eterna Mater Coelestis espera para recibirnos, y, por otro lado, tiene sus raíces en el mundo subterráneo del Eros fálico, el Padre Terrenal, cuya fuerza y energía elemental facilita la fuerza necesaria para ascender. El falo, como un árbol vivo, crece desde los recovecos húmedos y oscuros de la tierra de los instintos y se alarga hacia el vacío infinito del espacio, en el vientre de la Mater Coelestis, la madre etérea entronizada en medio de las estrellas. El semen del falo terrenal, la savia del Etz Chiim el árbol de la Vida de la Cábala─, proyectado en el vientre de la madre celestial fertiliza el huevo cósmico psicológico, del cual está destinado a salir el nuevo cosmos de la Conciencia. Así, como resultado del juego Eónico de los opuestos de la danza y la lucha, se produce la unión final del cielo y la tierra que engendran el andrógino Anthropos, el Nuevo Hombre, el Cristo de los gnósticos, que es el paradigma del Ego transformado e individualizado de cada individuo y de toda la humanidad».

MYSTERIUM TREMENDUS ETIFASCINANS.
─‘El imponente y cautivador misterio’─.

SEAN CON TODOS VOSOTROS LAS SAGRADAS ENERGÍAS DEL BENDITO THEOMEGALOGOS.
KWEN KHAN KHU

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