Muy queridos amigos y amigas:

Con inmenso cariño os narro una anécdota que pienso que os va a gustar:

ANÉCDOTA CON EL V.M. SAMAEL AUN WEOR

Corría el año 1977 y un servidor se hallaba en la ciudad de Nogales, perteneciente al Estado de Sonora. Compartían conmigo esa misión otro instructor y su esposa.

En todo momento, gracias al Padre, quien estas líneas escribe mantuvo contacto con el Avatara de Acuario mediante el uso del teléfono. En aquellos días ya teníamos noticias de que el Venerable Maestro Samael había comenzado a enfermarse y su mal se agudizaba más y más. Un día de tantos, un servidor llamó al Excelso para conversar acerca de temas triviales y aproveché la oportunidad para preguntarle:

─¿Cómo se halla su salud, Maestro Samael?

─Bueno, no muy bien, hermano ─respondió el Avatara─.

─Mire, Maestro, quiero que sepa que hace poco tuve una experiencia astral en la que me mostraban una escultura hecha en vidrio y en la misma hallábase un águila devorándose una serpiente…

─¡Vaya, vaya, hermano, eso lo explica todo! Pues no paro de sentir dolores fortísimos en mi estómago, como si me lo atravesaran con un cuchillo de palo ─añadió el Venerable─…

─¡Ufff, Maestro, eso ha de ser muy doloroso!

─¡Ciertamente, hermano, ciertamente. Pero mi conclusión es que esa águila es mi Padre y esa serpiente soy yo. Todo esto me está diciendo que mi Real Ser está cogiendo los mejores átomos de mi cuerpo físico y de mis cuerpos internos para llevárselos con Él y eso quiere decir que perderé este cuerpo físico.

─¡Caramba, Maestro, eso sería para nosotros, para el estudiantado gnóstico, una tragedia, algo muy terrible!…

─¡Bueno, así están las cosas, hermano; tengo que cooperar con lo inevitable! ─terminó diciendo el bendito Avatara…

Con esta información, tanto el instructor que estaba con mi persona como un servidor nos fuimos inmediatamente al D.F. Mexicano y nos allegamos a la Sede Patriarcal ─casa del M. Samael─.

Una vez allí, tuve la oportunidad de acercarme a la recámara en la que estaba nuestro Gurú en su lecho. Estaba desmejorado. Hacía poco que él había regresado de unas vacaciones que se había tomado en un lugar turístico de México llamado ISLA MUJERES.

Como quiera que el V.M. Samael estaba en terribles condiciones de salud, ya muchos compañeros habían tratado de mejorarle la misma que si con tes de tal o cual hierba, que si con infusiones equis equis, etc., etc., y nada parecía surtir efecto. Viéndolo en tales condiciones, le pedí permiso al Maestro Samael para hacerle un masaje en su espalda, a lo cual el Avatara accedió.

Para mi sorpresa, cuando quise masajear aquella espalda me encontré con una serie de cicatrices que tenían el ancho de un dedo de las manos. Eran cicatrices que iban de arriba abajo. Masajear aquella espalda significaba irse topando con aquellas ondulaciones extrañas. Eran las cicatrices que el padre físico de nuestro Patriarca le había dejado a causa de los azotes que le propinaba en la infancia. Aun así hice lo que pude y el bendito Avatara agradeció aquellos masajes.

Lo curioso de esta durísima situación era que el Maestro Samael, a pesar de hallarse en semejantes circunstancias, no cesaba de estar de buen humor. En un momento determinado se me ocurrió recordarle su pasaje por Venezuela en aquellos tiempos en los cuales él andaba de aquí para allá, de allá para acullá, con su esposa sacerdotisa. Concretamente le pregunté:

─Maestro, ¿cuando usted estuvo en Venezuela escuchó una canción llamada BARLOVENTO que es usualmente cantada por la población negra?

─¡Claro que la recuerdo! ─enfatizó el Maestro Samael, y, para colmo, comenzó a cantarme dicha canción y se la sabía toda, absolutamente toda, de memoria…!; mi persona estaba alucinada…─.

Estimados lectores, os añado la canción que recitó para un servidor el Maestro Samael. He aquí el texto:

Barlovento, Barlovento,
Tierra ardiente y del tambor.
Tierra de las fulías y negras finas,
Que se van de fiesta con sus cinturas prietas,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina.
Sabroso que mueve el cuerpo
La barloventeña cuando camina,
Sabroso que suena el taki,
Taki, taki, taki, sobre la mina.

Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que la mina está templada
Para bailar el kiti kita,
Tiki taki taki tikita
El kiti kita,
Tiki taki taki tikita

─¡Vaya, vaya, Maestro, es increíble su memoria!

Entonces el Maestro Samael acotó:

─¿Sabes una cosa? Yo anduve por allá en Maracaibo. En aquellos días había un trenecillo que pasaba por un lugar que llamaban plaza Baralt. Aún deben estar los rieles en el suelo de aquel lugar. ─Lo cual es cierto, caro lector, y añadió:─ ¡En aquella ciudad había un calor infernal! Recuerdo perfectamente que hasta el asfalto se fundía y, mientras uno caminaba, dejaba la huella de sus zapatos en el mismo, lo recuerdo perfectamente!

Mientras el Venerable narraba aquellas travesías a un servidor se le hacía un nudo en la garganta, no lo podía evitar, estimado lector. Acto seguido, para cortar aquellas vivencias tristes de nuestro amado Maestro, opté por querer hacerle un chiste. Mi persona se hallaba de pie cerca de una de las ventanas de la habitación del Patriarca. Desde la misma se podía ver la calle que pasaba por el frente de la casa del Bendito. Acto seguido le dije al Venerable:

─Mire, Maestro, lo que usted tiene que hacer es levantarse de la cama, acercarse a esta ventana y hablarle a una multitud de gnósticos que previamente le habremos reunido allí en la calle, frente a su casa, y decirles: «¡Hermanos, ha llegado la hora de que ustedes sepan quién soy en verdad! ¡No soy Samael, mirad quién soy realmente…». Entonces usted se quita una máscara que le habríamos confeccionado con la forma de su rostro actual y les dice a todos: «¡Soy Adolf Hitler!», y levanta la mano derecha y los saluda: «¡Heil Hitler, Heil Hitler, Heil Hitler…!». ¿Qué le parece, Maestro?

El Venerable, que había estado siguiendo muy atentamente mis palabras y con los ojos muy abiertos, exclamó:

─¡¡WOW!! ¡Y todo el mundo a correr! ¡No quedaría nadie, nadie, nadie; todos saldrían espantados! ─a la par que se carcajeaba…

Si os comento todas estas cosas, amigos y amigas, es para que tengamos una visión completa de un gigante espiritual que hemos tenido entre nosotros, que SABÍA ESTAR adecuadamente en todo momento. Cuando dictaba doctrina era MUY SERIO, pero en la vida de todos los días era una persona entrañable, jocosa, simpática, etc., etc., etc.,

Cuando terminé aquellos momentos lo hice porque el Dr. L. subía, entonces, las escaleras que daban a la habitación de nuestro amado Maestro llevando en su mano la jeringa que inyectaría al cuerpo del Avatara MORFINA para paliar el dolor que lo azotaba en medio de aquella espantosa crisis…

Permitidme ahora dejaros unas frases propias para acompañar esta anécdota, veamos:

«Se puede sonreír y sonreír a todas horas, y ser un mal aventurado».
Shakespeare

«Sufre con paciencia por Dios pobreza, enfermedad, trabajos y afrentas, y quedarás premiado».
Santa Teresa

«Nos buscamos en la felicidad, mas solo nos hallamos en el sufrimiento».
Henry Bataille

«Sufrimos más a medida que más amamos. La suma de los dolores posibles para cada alma es proporcional a su grado de perfección».
Amiel

«Sufre las adversidades para que te moderes en las felicidades».
Proverbio castellano

«MUCHAS PALABRAS NO INDICAN MUCHA SABIDURÍA».
Tales de Mileto

KWEN KHAN KHU

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Very dear friends:

With immense affection I am going to tell you an anecdote that I think you will like:

ANECDOTE WITH THE V.M. SAMAEL AUN WEOR

The year was 1977 and your servant found himself in the city of Nogales, belonging to the State of Sonora. That mission was shared between me and another instructor brother and his wife.

At all times, thanks to the Father, the one who writes these lines kept in touch with the Avatar of Aquarius by using the phone. In those days we had already heard that the Venerable Master Samael had begun to fall ill and his ailment got worse and worse. One of those many days, your servant called the Exalted One to discuss trivial issues and I took the opportunity to ask him:

“How is your health, Master Samael?”

“Well, not very well, brother”, the Avatar replied.

“Look, Master, I want you to know that I recently had an astral experience in which I was shown a sculpture made of glass and in it there was an eagle devouring a serpent…”

“Well, well, brother, that explains everything! Because, I keep feeling terrible pains in my stomach, as if I was being pierced with a stick knife”, the Venerable added…

“Ufff, Master, that must be very painful!”

“Indeed, brother, indeed. But my conclusion is that that eagle is my Father and that serpent is me. All this is telling me that my Real Being is taking the best atoms from my physical body and from my inner bodies to take them with Him and that means I will lose this physical body.”

“Good heavens, Master, that would be for us, for the gnostic students, a tragedy, something very terrible!”…

“Well, that is the way it is, brother; I have to cooperate with the inevitable!”, the blessed Avatar ended up saying…

With this information, both the instructor who was with my person and your servant immediately went to Mexico City and came to the Patriarchal Headquarters –the home of M. Samael–.

Once there, I had the opportunity to approach the bedroom where our Guru was in his bed. He was getting worse. He had recently returned from a vacation that he had taken in a tourist spot in Mexico called ISLA MUJERES.

Since the health of the V.M. Samael was in a terrible condition, many companions had already tried to improve it, be it with teas from this or that kind of herb, be it with such-and-such infusions, etc., etc., and nothing seemed to have any effect. Seeing him in those conditions, I asked Master Samael for permission to massage his back, to which the Avatar agreed.

To my surprise, when I wanted to massage that back I came across a series of scars that were the width of a finger. They were scars that went from top to bottom. Massaging that back meant coming across those strange undulations. They were the scars that the physical father of our Patriarch had left him because of the lashes he had given him during childhood. Even so, I did what I could and the blessed Avatar appreciated those massages.

The curious thing about this very difficult situation was that Master Samael, despite being in such circumstances, was constantly in a good mood. In a given moment it occurred to me to remind him of his passage through Venezuela in those times when he was walking here, there and everywhere, with his priestess wife. Specifically, I asked him:

“Master, when you were in Venezuela did you hear a song called BARLOVENTO that is usually sung by the black population?”

“Of course, I remember it!” ─Master Samael emphasized, and to top it all off, he began to sing that song to me and he knew it all, absolutely all, by heart…!; my person was astounded… ─.

Esteemed readers, I add for you the song that the Master Samael recited for your servant. Here are the lyrics:

Barlovento, Barlovento,
Tierra ardiente y del tambor.
Tierra de las fulías y negras finas,
Que se van de fiesta con sus cinturas prietas,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina.
Sabroso que mueve el cuerpo
La barloventeña cuando camina,
Sabroso que suena el taki,
Taki, taki, taki, sobre la mina.

Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que la mina está templada
Para bailar el kiti kita,
Tiki taki taki tikita
El kiti kita,
Tiki taki taki tikita

”Wow, wow, Master, your memory is incredible!”

Then Master Samael added:

“You know what? I was wandering over there in Maracaibo. In those days there was a little train passing through a place they called Baralt Square. The rails on the ground must still be there in that place” ─which is true, dear reader─, and he added: “There was an infernal heat in that city! I remember perfectly well that even the asphalt melted and, as one walked, one left the imprint of his shoes on it, I remember it perfectly!”

While the Venerable One was narrating those voyages to your servant, I got a lump in my throat, I could not help it, esteemed reader. Then, in order to leave those sad experiences of our beloved Master, I opted for wanting to tell him a joke. My person was standing near one of the windows of the Patriarch’s room. From it you could see the street that passed in front of the house of the Blessed One. Then I said to the Venerable One:

“Look, Master, what you have to do is get out of bed, get up to this window and talk to a multitude of Gnostics that we will have previously gathered for you there on the street, in front of your house, and say, “Brothers, it’s time for you to know who I really am! I’m not Samael, look who I really am…” Then you take off a mask that we would have made for you in the shape of your current face and you say to everyone, “I am Adolf Hitler!” and you raise your right hand and greet them: “Heil Hitler, Heil Hitler, Heil Hitler…”. What do you think, Master?

The Venerable One, who had been following my words very closely and with his eyes wide open, exclaimed:

“WOW!! And everybody would run! There would be no one left, no one, no one; everyone would be scared away!” ─laughing out loud at the same time…

If I tell you all these things, friends, it is so that we have a complete vision of a spiritual giant that we have had among us, who KNEW HOW TO BEHAVE suitably at all times. When he dictated doctrine he was VERY SERIOUS, but in everyday life he was an endearing, humorous, nice person, etc., etc., etc.

When I finished those moments, I did so because Dr. L. then went up the stairs that led to the room of our beloved Master carrying in his hand the syringe that would inject MORPHINE into the body of the Avatar to alleviate the pain that afflicted him in the midst of that dreadful crisis…

Let me now leave you some sentences that are suitable to accompany this anecdote, let us see:

“One may smile and smile and be a villain.”
Shakespeare

“For God, suffer with patience in poverty, sickness, labors and affronts, and you will be rewarded”.
Saint Teresa

“We seek ourselves in happiness, but we only find ourselves in suffering”.
Henry Battle

“We suffer more as we love more. The sum of possible grief for each soul is in proportion to its degree of perfection.”
Amiel

“Suffer the adversities so as to be temperate in happiness.”
Spanish Proverb

“MANY WORDS DO NOT INDICATE MUCH WISDOM”.
Tales of Miletus

KWEN KHAN KHU

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Très chers amis et amies :

Avec une immense tendresse je vous raconte une anecdote qui, je pense, vous plaira :

ANECDOTE AVEC LE V.M. SAMAEL AUN WEOR

C’était en 1977 et votre serviteur se trouvait dans la ville de Nogales, appartenant à l’État de Sonora. Un autre instructeur et son épouse partageaient cette mission avec moi.

En tout temps, grâce au Père, celui qui écrit ces lignes a gardé le contact avec l’Avatar du Verseau moyennant l’usage du téléphone. À cette époque nous avions déjà appris que le Vénérable Maître Samael avait commencé à tomber malade et son mal s’aggravait de plus en plus. Un jour parmi tant d’autres, votre serviteur appela l’Éminent pour discuter sur des sujets banals et je profitai de l’occasion pour lui demander :

─Comment va votre santé, Maître Samael ?

─Bon, pas très bien, frère ─ répondit l’Avatar ─.

─Écoutez, Maître, je veux que vous sachiez que j’ai eu récemment une expérience astrale dans laquelle on me montrait une sculpture en verre dans laquelle se trouvait un aigle dévorant un serpent…

─Tiens, tiens, frère, ça explique tout ! Car je n’arrête pas de sentir de très fortes douleurs dans mon estomac, comme si on me le traversait avec un couteau en bois  ─ ajouta le Vénérable ─…

─Ouf, Maître, ça doit être très douloureux !

─En effet, frère, en effet. Mais ma conclusion c’est que cet aigle est mon Père et que ce serpent c’est moi. Tout cela me dit que mon Être Réel est en train de prendre les meilleurs atomes de mon corps physique et de mes corps internes pour les emmener avec Lui et cela veut dire que je perdrai ce corps physique.

─Ça alors, Maître, ce serait pour nous, pour les étudiants gnostiques, une tragédie, quelque chose de terrible !…

─Bon, les choses sont comme ça, frère ; je dois coopérer avec l’inévitable ! ─ finit par dire le béni Avatar…

Avec cette information, tant votre serviteur que l’instructeur qui était avec moi partîmes immédiatement au D.F. Mexicain et nous rendîmes au Siège Patriarcal ─ maison du M. Samael─.

Une fois là-bas, j’eus l’occasion de m’approcher de la chambre où se trouvait notre Gourou dans son lit. Il était affaibli. Il était récemment rentré de quelques vacances qu’il avait prises dans un endroit touristique du Mexique appelé ISLA MUJERES.

Comme le V.M. Samael était dans de terribles conditions de santé, beaucoup de compagnons avaient déjà essayé de la lui améliorer que ce soit avec des thés de telle ou telle herbe, ou avec des infusions xx, etc., etc., et rien ne semblait faire de l’effet. En le voyant dans de telles conditions, je demandai la permission au Maître Samael pour lui faire un massage du dos, chose que l’Avatar accepta.

À ma grande surprise, quand je voulus masser ce dos je rencontrai une série de cicatrices qui avaient la largeur d’un doigt de la main. C’étaient des cicatrices qui allaient de haut en bas. Masser ce dos signifiait heurter ces ondulations étranges. C’étaient les cicatrices que le père physique de notre Patriarche lui avait laissées à cause des coups de fouet qu’il lui administrait dans l’enfance. Même ainsi je fis ce que je pus et le béni Avatar remercia ces massages.

Le plus curieux de cette situation extrêmement dure, c’était que le Maître Samael, malgré qu’il soit dans de telles circonstances, n’arrêtait pas d’être de bonne humeur. À un moment donné, j’eus l’idée de lui rappeler son passage par le Venezuela à l’époque où il allait ici, çà et là, avec son épouse prêtresse. Concrètement je lui demandai :

─Maître, quand vous étiez au Venezuela avez-vous entendu une chanson appelée BARLOVENTO qui est habituellement chantée par la population noire ?

─Bien sûr que je m’en rappelle ! ─ dit avec emphase le Maître Samael, et, pour comble, il commença à me chanter cette chanson et il la savait entièrement, absolument entièrement, par cœur… ! ; ma personne n’en revenait pas…─.

Estimés lecteurs, je vous ajoute cette chanson que le Maître Samael a récitée pour votre serviteur. Voici le texte :

Barlovento, Barlovento,
Tierra ardiente y del tambor.
Tierra de las fulías y negras finas,
Que se van de fiesta con sus cinturas prietas,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina.
Sabroso que mueve el cuerpo
La barloventeña cuando camina,
Sabroso que suena el taki,
Taki, taki, taki, sobre la mina.

Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que la mina está templada
Para bailar el kiti kita,
Tiki taki taki tikita
El kiti kita,
Tiki taki taki tikita

─Eh bien, eh bien, Maître, votre mémoire est incroyable !

Alors le Maître Samael ajouta :

─Tu sais quoi ? Je suis passé par là à Maracaibo. En ce temps-là il y avait un petit train qui passait par un endroit qu’ils appelaient plaza Baralt. Il doit encore y avoir les rails sur le sol de cet endroit. ─ Ce qui est vrai, cher lecteur, et il ajouta : ─ dans cette ville il faisait une chaleur infernale ! Je me rappelle parfaitement que même l’asphalte fondait et, quand on marchait, on y laissait l’empreinte de nos chaussures, je m’en rappelle parfaitement !

Tandis que le Vénérable racontait ces voyages, votre serviteur avait la gorge nouée, je ne pouvais l’éviter, estimé lecteur. Puis, pour couper ces expériences tristes de notre Maître bien-aimé, je choisis de lui faire une blague. Ma personne se trouvait debout près d’une des fenêtres de la chambre du Patriarche. De celle-ci on pouvait voir la rue qui passait en face de la maison du Bienheureux. Immédiatement après je dis au Vénérable :

─Regardez, Maître, ce que vous devez faire c’est vous lever du lit, vous approcher de cette fenêtre et parler à une foule de gnostiques que nous aurons préalablement réunie là dans la rue, en face de chez vous, et leur dire : « Frères, l’heure est venue pour vous de savoir qui je suis vraiment ! Je ne suis pas Samael, regardez qui je suis vraiment… ». Alors vous vous enlevez un masque que nous vous aurions confectionné avec la forme de votre visage actuel et vous dites à tous : « Je suis Adolph Hitler ! », et vous levez la main droite et vous les saluez : « Heil Hitler, Heil Hitler, Heil Hitler… ! ». Qu’en dites-vous, Maître ?

Le Vénérable, qui avait suivi très attentivement mes paroles et avec les yeux grand ouverts, s’exclama :

─WAOUH !! Et tout le monde se mettrait à courir ! Il ne resterait personne, personne, personne ; ils partiraient tous épouvantés ! ─ tout en riant aux éclats…

Si je vous commente toutes ces choses, amis et amies, c’est pour que nous ayons une vision complète d’un géant spirituel que nous avons eu parmi nous, qui SAVAIT ÊTRE adéquatement à tout moment. Quand il donnait la doctrine il était TRÈS SÉRIEUX, mais dans la vie de tous les jours c’était une personne attachante, drôle, sympathique, etc., etc., etc.

Je terminai ces moments parce que le Dr. L. montait, alors, les escaliers qui menaient à la chambre de notre Maître bien-aimé en tenant dans sa main la seringue qu’il injecterait au corps de l’Avatar, de la MORPHINE pour pallier la douleur qui le frappait au milieu de cette crise épouvantable…

Permettez-moi maintenant de vous laisser quelques phrases adéquates pour accompagner cette anecdote, voyons :

« On peut sourire et sourire et pourtant être un scélérat ».
Shakespeare

« Subis avec patience pour Dieu pauvreté, maladie, travaux et affronts, et tu seras récompensé ».
Sainte Thérèse

« Nous nous cherchons dans le bonheur, mais nous ne nous trouvons que dans la souffrance ».
Henry Bataille

« Plus on aime, plus on souffre. La somme des douleurs possibles pour chaque âme est proportionnelle à son degré de perfection ».
Amiel

« Subis les adversités pour te modérer dans les joies ».
Proverbe espagnol

« BEAUCOUP DE MOTS N’INDIQUENT JAMAIS BEAUCOUP DE SAGESSE ».
Thalès de Milet

KWEN KHAN KHU

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Preaiubiți prieteni și prietene!

Cu mare drag vă povestesc o anecdotă care cred că o să vă placă:

ANECDOTĂ CU V.M. SAMAEL AUN WEOR

Era anul 1977 când subsemnatul se afla în orașul Nogales, care aparține Statului Sonora. Acea misiune o împărtășeau cu mine alt instructor cu soția sa.

Mulțumită Tatălui, cel care scrie aceste rânduri am menținut tot timpul legătura telefonic cu Avatarul Vărsătorului. În acele zile deja aveam vești despre faptul că Venerabilul Maestru Samael începuse să se îmbolnăvească și boala sa devenea tot mai acută. Într-una din acele zile, subsemnatul l-a sunat pe Preamărit, pentru a conversa despre teme banale și am profitat de ocazie pentru a-l întreba:

─Maestre Samael, cum mai sunteți cu sănătatea?

─Păi, nu prea bine, frate, a răspuns Avatarul.

─Uite, Maestre, vreau să știți că de curând am avut o experiență astrală în care mi se arăta o sculptură de sticlă și în ea se găsea o acvilă ce devora un șarpe…

─Vai, vai, asta explică tot! Ei bine, nu încetez să simt dureri foarte puternice în stomacul meu, ca și cum mi l-ar străpunge cu un cuțit, a adăugat Venerabilul…

─Offf, Maestre, asta trebuie să fie foarte dureros!

─Cu siguranță, cu siguranță! Însă concluzia mea este că acea acvilă este Tatăl meu și acel șarpe sunt eu. Toate acestea îmi spun că Ființa mea Reală culege cei mai buni atomi ai corpului meu fizic și din corpurile mele interne pentru a-i lua cu El și asta vrea să spună că voi pierde acest corp fizic.

─Doamne, Maestre, asta ar fi pentru noi, pentru studențimea gnostică, o tragedie, ceva foarte cumplit!…

─Ei bine, așa stau lucrurile; trebuie să cooperez cu inevitabilul! a terminat spunând binecuvântatul Avatara…

Cu această informație, atât instructorul care era cu mine cât și persoana mea, subsemnatul, ne-am dus imediat în D.F. Mexican și am ajuns la Sediul Patriarhal –casa M. Samael.

Odată ajuns acolo, am avut ocazia de a mă apropia de camera în care se afla Gurul nostru în patul său. Era într-o stare foarte rea. De puțin timp revenise dintr-o vacanță pe care și-o luase într-un loc turistic din Mexic numit ISLA MUJERES.

Având în vedere că V.M. Samael se afla într-o stare de sănătate teribil de rea, deja mulți colegi încercaseră să i-o amelioreze fie cu ceai de cutare sau cutare plantă, fie cu infuzii x, x etc., etc., etc., și nimic nu părea să aibă efect. Văzându-l în asemenea stare, i-am cerut permisiunea Maestrului Samael pentru a-i face un masaj pe spate, cu care Avatarul a fost de acord.

Spre uimirea mea, când am vrut să îl masez pe spate, am descoperit o serie de cicatrice de lățimea unui deget de la mână. Erau cicatrici care se întindeau de sus în jos. Să masezi acel spate însemna să dai de acele ondulații ciudate. Erau cicatricile lăsate de tatăl fizic al Patriarhului nostru, din cauza loviturilor de bici pe care i le aplicase în copilărie. Chiar și așa, am făcut tot ce am putut, iar binecuvântatul Avatara mi-a mulțumit pentru acel masaj.

Curios în această situație atât de dură era că Maestrul Samael, în ciuda faptului că se găsea în astfel de circumstanțe, nu înceta să aibă bună dispoziție. La un moment dat mi-a trecut prin minte să-i amintesc de călătoria sa prin Venezuela în acele zile în care el mergea pe ici, pe colo, cu soția sa sacerdotesă. Mai concret, l-am întrebat:

─Maestre, când dumneavoastră ați fost în Venezuela, ați auzit de un cântec numit BARLOVENTO care în mod normal îl cântă cei de culoare?

─Clar că-mi amintesc! a accentuat Maestrul Samael, și, culmea culmilor, a început să-mi cânte acel cântec și îl știa pe de rost, absolut tot din memorie…! Persoana mea era uimită…

Stimați cititori, vă adaug cântecul pe care l-a recitat Maestrul Samael pentru subsemnatul. Iată aici textul:

Barlovento, Barlovento,
Tierra ardiente y del tambor.
Tierra de las fulías y negras finas,
Que se van de fiesta con sus cinturas prietas,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina,
Al son de la curbeta
Y el taki taki de la mina.
Sabroso que mueve el cuerpo
La barloventeña cuando camina,
Sabroso que suena el taki,
Taki, taki, taki, sobre la mina.

Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que vengan los conuqueros,
Para el baile de San Juan.
Que la mina está templada
Para bailar el kiti kita,
Tiki taki taki tikita
El kiti kita,
Tiki taki taki tikita

─Vai, vai, Maestre, este incredibilă memoria dumneavoastră!

Atunci Maestrul confirmă:

─Știi ceva? Eu mersesem pe acolo, prin Maracaibo. În acele vremuri exista un trenuleț care trecea printr-o zonă ce o numeau piața Baralt. Încă trebuie să mai existe șinele pe solul acelui loc. ─Ceea ce este adevărat, dragă cititorule─ și adăugă: În acel oraș era o căldură infernală! Îmi amintesc perfect că până și asfaltul se afunda, și când cineva mergea, își lăsa amprenta pantofilor pe el, îmi amintesc perfect!

În timp ce Venerabilul povestea acele călătorii, subsemnatului i se punea un nod în gât, nu puteam să o evit, stimate cititorule. Imediat după aceea, pentru a scurta acele trăiri triste ale iubitului nostru Maestru, am optat pentru a-i face o glumă. Persoana mea se afla în picioare în apropierea unei ferestre a camerei Patriarhului. De la ea se putea vedea strada care trecea prin fața casei Binecuvântatului. Apoi i-am spus Venerabilului:

─Uite, Maestre, ceea ce dumneavoastră trebuie să faceți este să vă ridicați din pat, să veniți la fereastră și să vorbiți unei mulțimi de gnostici, pe care am adunat-o înainte acolo, pe stradă, în fața casei dumneavoastră, și să le spuneți: „Fraților, a venit momentul ca voi să știți cine sunt eu cu adevărat! Nu sunt Samael, priviți cine sunt cu adevărat…” Atunci dumneavoastră v-ați da jos o mască pe care v-am fi confecționat-o cu forma chipului dumneavoastră actual și le-ați spune tuturor: „Sunt Adolf Hitler!”, și ridicați mâna dreaptă și îi salutați: „Heil Hitler, Heil Hitler, Heil Hitler…!” Ce ziceți, Maestre?

Venerabilul, care urmărise foarte atent cuvintele mele cu ochii larg deschiși, exclamă:

─WOW! Și toată lumea ar lua-o la fugă! Nu ar mai rămâne nimeni, nimeni, nimeni; toți ar fugi îngroziți! în timp ce râdea…

Dacă vă povestesc toate aceste lucruri, prieteni și prietene, este pentru ca să avem o viziune completă despre un gigant spiritual pe care l-am avut printre noi, că ȘTIA SĂ AIBĂ o atitudine adecvată în orice moment. Când dicta doctrina era FOARTE SERIOS, însă în viața de zi cu zi era o persoană prietenoasă, plină de umor, simpatică etc., etc., etc.

Am terminat acele momente, pentru că atunci Dr. L. urca scările care dădeau spre camera iubitului nostru Maestru, aducând în mână seringa, care urma să-i injecteze MORFINĂ corpului Avatarului, pentru a-i atenua durerea care îl chinuia în mijlocul acelei crize îngrozitoare…

Permiteți-mi acum să vă las câteva fraze potrivite pentru a însoți această anecdotă, să vedem:

„Poți să surâzi și să zâmbești mereu și tot un ghinionist să fii.”
Shakespeare

„Suferă cu răbdare pentru Dumnezeu sărăcie, boală, muncă și insulte și vei fi răsplătit.”
Sfânta Tereza

„Căutăm să fim în fericire, dar ne regăsim doar în suferință.”
Henry Bataille

„Suferim mai mult pe măsură ce iubim mai mult. Suma durerilor posibile pentru fiecare suflet este proporțională cu gradul său de perfecțiune.”
Amiel

„Suferă adversitatea, astfel încât să te poți modera în fericire.”
Proverb castilian

„MULTE CUVINTE NU INDICĂ MULTĂ ÎNȚELEPCIUNE.”
Thales din Milet

KWEN KHAN KHU

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