Queridos lectores:

Me resulta muy grato escribiros para haceros saber:

ALGUNOS DETALLES IMPORTANTES SOBRE EL TRABAJO PSICOLÓGICO INTERIOR

Constantemente, caro lector, recibo cartas de vosotros en las que me expresáis vuestro desaliento, tristeza, incertidumbre, derrotismo sobre el TRABAJO SOBRE SÍ MISMOS, y en base a ello he querido comentaros lo siguiente:

¿Qué son la transferencia y la contratransferencia de las que nos habla nuestro bendito Patriarca?

En la temática del YO es necesario que recordemos siempre que el YO nunca actúa solo, siempre va acompañado de otros hermanos malignos y constantemente está buscando la manera de ir contra nuestros anhelos y derrotar nuestro trabajo psicológico. Así, por tanto, cuando nosotros queremos aplicarnos una disciplina fuerte contra determinados Yoes ─sobre todo contra la pereza espiritual─, inmediatamente nuestra intención es conocida por determinada turba de agregados psíquicos que ven amenazada su determinación de mantenernos para siempre como sus esclavos. Esto ha sido así durante siglos y milenios, y a causa de ello siempre hemos permanecido con nuestra CONCIENCIA DORMIDA.

Aunque os parezca increíble, esta turba de Yoes, allá en nuestro espacio psicológico, se reúne en una especie de conciliábulo para trazar un plan que detenga nuestras intenciones de hacernos disciplinados y firmes en nuestro Camino Secreto. Así, entonces, si nuestra determinación fuese, por ejemplo, ser disciplinados a la hora de cumplir con nuestras prácticas, esa sería nuestra TRANSFERENCIA. En tal caso, queremos transferir a nuestro psiquismo una determinación que hemos tomado…, empero, como todo en este mundo de relatividad es dual, no ha de extrañarnos para nada que determinada turba de agregados psicológicos reaccionen enviándonos ellos su CONTRATRANSFERENCIA. ¿En qué consiste esa contratransferencia? RESPUESTA: de manera insólita sucederá que, aunque nos parezca increíble, cada vez que vayamos a hacer nuestras prácticas, si fuese el caso, ellos, los agregados indeseables, suscitarán estados que nos hagan desistir de llevar a cabo dichas prácticas disciplinadamente; ejemplo: sonará el teléfono de alguien que quiere hablarnos, nos alegará que hacía tiempo que quería decirnos esto o aquello, etc., etc., la conversación se alargará y, cuando hayamos terminado dicho diálogo telefónico, habrá pasado el tiempo, nos sentiremos cansados, sin ánimos para hacer nuestras prácticas y un sinfín de circunstancias que se añadirán hasta que, finalmente, terminaremos por decirnos a sí mismos: «¡Bueno, mañana haré mis prácticas!», y así sucederá nuevamente en ese nuevo mañana.

Para alcanzar estos fines, el YO se vale de las fuerzas energéticas que nos ha robado durante muchas existencias y, para colmo, como quiera que él es energético, saldrá de nuestra anatomía oculta, viajará hacia donde está alguien y moverá en esa persona el deseo de llamarnos por teléfono exactamente cuando queramos hacer cumplir nuestro propósito disciplinario. ¡Así de fuerte es el mundo del YO, paciente lector!

Esto es lo que termina produciendo derrotismo en muchos compañeros. Por ejemplo, aquellos que fumaban antes de conocer la Gnosis, cuando se han propuesto eliminar el YO de ese maldito vicio han pasado por HORRIBLES CRISIS provocadas, no solamente por la ABSTENCIÓN DE FUMAR, sino porque justamente el día que decidieron firmemente NO VOLVER A FUMAR, justo ese día apareció en la calle un amigo que «a quemarropa» les ha dicho: «¡Qué bien que te veo, qué bien, pues iba a tu casa a regalarte este paquete de cigarrillos, o una caja de cigarrillos…!». ¿Casualidad?, se preguntarán ustedes… EN EL TEMA DEL YO NO EXISTEN LAS CASUALIDADES, queridos amigos, pero sí que existen las leyes de recurrencia y la mala voluntad profunda que ostenta nuestro Caifás interior.

Aunque os parezca increíble, os voy a narrar algo que, personalmente, me tocó vivenciar directamente en mi persona y acerca de eso también el Maestro Samael habla en su obra maestra «LAS TRES MONTAÑAS»… Hallándome en los trabajos correspondientes a la segunda montaña, en uno de los doce Trabajos de Hércules, concretamente en el séptimo trabajo, relacionado con el famoso TORO DE CRETA, un día cualquiera, conduciendo mi coche o vehículo de desplazamiento, me detuve ante un semáforo que marcaba la luz roja. Mientras esperaba la luz verde para seguir mi travesía, pasaron, increíblemente, dos damas muy hermosas, primero una y luego la otra, y ambas, en su momento, sacaban sus lenguas y se relamían mientras me miraban fijamente y me guiñaban sus ojos… «¡Pero qué es esto?» ─me pregunté para mí mismo─. Nunca me he considerado, jamás, una persona con dotes de belleza varonil y mucho menos un gigolo, pero rápidamente, cuando la luz verde se encendió, abandoné aquella estrada, aunque las chicas aquellas se habían detenido en la acera esperando una respuesta de mi parte a la insinuada invitación…

He de recalcar que estas situaciones se repitieron en varios escenarios distintos durante aquel período que abarcó el susodicho trabajo hercúleo. El colmo de todo esto era que, además de las tentaciones físicas, luego tenía que enfrentarme a las mismas en los mundos internos y gracias al cielo conté en aquellos días con la ayuda bendita de nuestra Divina Madre Kundalini, quien, de algún modo, me despertaba en el mundo tridimensional a fin de que NO CAYESE EN TENTACIÓN Y NO PERDIESE MI TRABAJO… Al despertarme no me volvía a dormir en toda la noche, esperaba la luz del día para tratar de recuperar aquellas horas de sueño biológico… Mas, aun así, todo aquello resultaba agotador.

Obviamente, esta CONTRATRANSFERENCIA siempre nos acompañará en nuestro peregrinar, pues se trata de una LUCHA SIN CUARTEL entre el SER y su contraparte, el NO SER ─léase: el Yo, el Ego─. Sabiendo esto, querido lector, hemos de llenarnos de VALOR y, mediante ayunos, súplicas a la Gran Ley, ejercicios rúnicos, etc., etc., etc., recordar que nos estamos jugando nada más y nada menos que nuestra ALMA…

En otro aparte, quiero ahora referirme a qué es eso que nos quiere decir nuestro Avatara cuando nos habla de que el camino interior está regido por la ley de las octavas, y nos añade: «Cuando empezamos nuestro trabajo sobre sí mismos lo hacemos desde la nota DO ─el estado bruto─, pasamos luego por otras octavas: RE, MI, y al querer llegar a la nota FA, entonces necesitaremos de un salto fuerte para continuar con las otras octavas SOL, LA, SÍ, y así sucesivamente cuando queramos continuar nuestra travesía con otra nueva octava que deberemos superar». ¡¡Qué es todo esto, amigos??

Pues, sencillamente, se nos está diciendo que NO ES FÁCIL mantener nuestra VOLUNTAD de manera permanente debido al sabotaje que el YO procura hacernos constantemente en nuestros anhelos de vivir el camino. No olvidemos que entre nota y nota correspondiente a nuestro esfuerzo, aparecerán RECURRENCIAS INESPERADAS, ESTADOS DE ÁNIMO EXTRAÑOS, DESESPERACIÓN, SENTIMIENTO DE ABANDONO POR PARTE DE NUESTRO SER…, todo lo cual no es cierto… Es allí donde, URGENTÍSIMAMENTE, necesitamos mantener nuestro ritmo de trabajo, no dejar caer nuestros ánimos, no entregar nuestras armas al enemigo ─el YO─, porque el terreno perdido a causa de nuestro retroceder tendremos que tratar de volverlo a conquistar con más lágrimas, más sufrimiento y más empeño, todo lo cual no resulta halagüeño para ninguno de nosotros. Los grandes mártires, a pesar de sus sufrimientos indecibles, no doblaron sus rodillas ante el MALIGNO y soportaron lo indecible simplemente para NO TRAICIONAR AL PADRE. Recuérdese a Juana de Arco, la gran heroína francesa y gran Iniciada que, de manera malsana, fue acusada de brujería y finalmente terminó siendo quemada en la hoguera. A pesar de todos sus sufrimientos horrendos, ella nunca renunció a sus votos para con la divinidad.

Se trata de MANTENER EL RITMO DE NUESTRO TRABAJO, pase lo que pase, para no bajar de octava y poder pasar a otra superior. Si nos entregamos al enemigo secreto nunca iremos dándole a nuestra lucha una nueva octava de triunfos. Siempre, una y otra vez, llegando a una octava equis equis, permitimos a nuestras fuerzas desfallecer y he allí por qué no avanzamos… ¡Reflexionemos en esto cuidadosamente…!

En la Gnosis hemos conocido muchos paladines que hasta llegaron a conquistar las siete serpientes de fuego, pero cuando quisieron seguir adelante, DAR OTRA NOTA SUPERIOR, fueron traicionados por sus propias debilidades ─Egos─ y terminaron abandonando el camino o traicionando a nuestro bendito Gurú. Es incuestionable que estas personas se dejaron engañar por determinada TURBA TENEBROSA que aún llevaban dentro, se confiaron y, finalmente, fueron abatidos por una triquiñuela, un maquiavélico trabajo que se puso en marcha contra ellos desde dentro… Es por ello, estimado lector, que en el Camino Secreto, aunque sea doloroso decirlo, NUNCA PODEMOS OLVIDARNOS DE SÍ MISMOS porque hay que recordar que el enemigo secreto está constituido por DIEZ MIL AGREGADOS y es por ello que se necesita la PACIENCIA DEL SANTO JOB…, razón por la cual se dice también que ESTE TRABAJO ES TAN SOLO PARA UNOS POCOS…

No es jamás mi intención desanimar a los devotos del sendero de Hermes, todo lo contrario, pero considero que, NO HABIENDO MENTIRAS ENTRE COMPAÑEROS, es necesario conocer la verdad ¡cueste lo que cueste!

Muchos compañeros y compañeras se han comprometido de manera sagrada a dedicar sus vidas a la búsqueda de la verdad, a luchar por el triunfo de la justicia y a AMAR a sus compañeros y a sus semejantes; empero, con el pasar del tiempo, tristemente, vemos que muchos de ellos van cayendo heridos de muerte en sus anhelosa la vera del camino y aquellos que siguen adelante van observando a sus compañeros de lucha convertidos en cadáveres y no les queda otro remedio que seguir solos en la batalla hasta el final de la misma… ¡¡¡Esta es la tragedia que envuelve la búsqueda del Vellocino de Oro!!!

Termino entregándoos unas frases para la reflexión:

«Los hombres pelean, solo Dios dará la victoria!».
Juana de Arco

«La victoria más difícil sobre nosotros mismos no es la más grande, sino la primera».
Concepción Arenal

«El entusiasmo es la sal del alma».
San Agustín

«Téngase esperanza de lo que se desea y con eso súfrase lo que sucediere».
Quevedo

OM-TAT-SAT.
KWEN KHAN KHU

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