La transitoriedad o alegoría de lo efímero

Muy queridos compañeros/as: 

Me acerco a vosotros en esta oportunidad para haceros partícipes del contenido del presente grabado que lleva el título… 

…ALEGORÍA DE LA TRANSITORIEDAD O ALEGORÍA DE LO EFÍMERO 

Antes que nada permitidme haceros unos comentaros al respecto de esta ilustración: 

Alegoría de la transitoriedad o alegoría de lo efímero
Alegoría de la transitoriedad o alegoría de lo efímero

El autor es Maerten de Vos o Maerten de Vos el viejo ─1532-1603─, quien fuese un prolífico dibujante y pintor flamenco. Hay que decir que este artista produjo numerosos diseños para las imprentas de Amberes. Tales grabados circularon por Europa y en las colonias españolas, y todo ello fue aumentando la reputación e influencia internacional del artista. El presente grabado es una copia hecha en 1590 y se halla en el British Museum.

Ante todo hemos de señalar que esta ilustración va acompañada de una frase latina que reza de este modo:

«Nascentes Morimur. Mors rediviva piis».

Traducción: ‘Naciendo morimos. La muerte [es] resurrección para los píos…’.

Primeramente hemos de señalar que, tal y como lo enfatizaba el V.M. Samael Aun Weor: «Para morir hemos nacido»

Y es que, en verdad, lo transitorio es eso que llamamos VIDA y durante la misma prácticamente no hacemos otra cosa que recibir impresiones que hemos de transformar o, si no lo hacemos, pues tales impresiones terminarán haciendo de nuestra existencia algo efímero o transitorio, sin trascendencia, sin relevancia, es decir, algo sin sentido, hueco, vacío e insubstancial.

Si hacemos una descripción del grabado primeramente hallamos dos niños desnudos. Uno está sentado sobre una crátera y soplando una pompa de jabón «Homo Bulla», expresión utilizada por primera vez por el autor romano Marcus Terentus Varro ─116-27 a. C─. Posteriormente, esta expresión se hizo muy común en las pinturas para simbolizar la fragilidad y la fugacidad de la vida. El otro niño se halla dormido con el brazo sobre una calavera cerca de un reloj de arena.

¿Cuál es el sentido oculto de ambas figuras?

Obviamente, el niño que sopla una pompa de jabón alude a utilizar nuestro tiempo de manera insulsa, insubstancial, identificándonos con fenómenos vanos como los que entretienen a los infantes. Esa es la tendencia de las Esencias humanas mientras están cautivas de sus propios cuerpos materiales durante eso que llamamos existencia. El hecho de estar sentado sobre una vasija nos señala que en cualquier momento quedamos reducidos a cenizas o polvo de la tierra. Recordemos aquella frase que nos enfatiza: «Polvo eres y en polvo te habrás de convertir»… Claro está, si no nos autorrealizamos.

El otro niño, «dormido», nos está indicando que, lamentablemente, mientras nuestra Conciencia duerme su sueño milenario no percibimos que tanto la muerte ─la calavera─ como la vida están íntimamente entrelazadas la una con la otra, y nuestro papel consiste en despertar de ese sueño psíquico para, realmente, hallar el verdadero significado de nuestro tránsito sobre la tierra.

El reloj de arena nos indica que nuestra vida transcurre más rápido que el polvo mismo. Y el mismo nos une a la frase latina que dice: Tempus irreparabile fugit, ‘el tiempo transcurre velozmente’. Esto significa que, si no nos tomamos en serio nuestro tiempo de estancia en el mundo tridimensional, pues podemos ser sorprendidos por los cascos de los caballos de la muerte.

Al fondo del grabado apreciamos dos actitudes ante la vida. La primera nos muestra a un hombre dedicado a su vida horizontal, y por ello lo vemos cortando el trigo ya maduro y a la par lo está acomodando para tener la reserva de alimentos que eventualmente necesitaría.

Sin embargo, más al fondo podemos apreciar a otros hombres armados con escudos y lanzas como librando una batalla. Esta es la lucha por recuperar nuestra Conciencia. La vivencia de los tres factores de la Revolución de la Conciencia que nos permitirá, si somos perseverantes, realizar eso que gnósticamente llamamos la Gran Obra interior. Aquellos que consiguen entregarse a la lucha por los valores del SER resplandecerán en el mundo del Espíritu, como ese otro hombre que vemos flotar sobre los otros tres envuelto en una nube de misterio.

Bueno es señalar, asimismo, que, cerca de los dos niños de este grabado, podemos observar dos árboles. Uno, que está cargado de frutos, es el árbol de la ciencia del bien y del mal. El otro árbol se halla cerca del niño que duerme y tiene consigo una calavera. Este otro árbol no tiene fruto alguno, pues simboliza que nuestra vida se acerca ya a su final……. Igualmente, podemos observar que cerca del niño que tiene la pompa de jabón se hallan floreros llenos de flores diversas y plantas en general. Este es el lado que simboliza a la vida y su fascinación.

Termino esta descripción acotando para vosotros unas frases finales en latín que se hallan al pie del grabado y que describen metafóricamente el significado oculto del grabado mismo.

«Vita quid est misi bulla levis? nisi transitus aurae? Quae velut umbra fugit, quae velut herba perit. Mors simul ex ortu procedit, it exitus idem. Excipit introitum, spes pia sola beat».

«Nam nisi camponat sua gramina fossor in agrum. Non redit ad dominum messis opima suum. Sic nisi credideris morientia membra sepulchro. Nulla resugentis gloria carnis erit».

Traducción:

¿Que es la vida sino una burbuja? ¿Un cambio de viento? Que, cual sombra, huye; y, cual hierba, perece. La Muerte a la vejez deriva del oriente y la salida sostenta la misma entrada, la esperanza pía sola vuelve feliz’.

De hecho, si el labrador no entierra sus plantas en el campo, la rica siega no vuelve a su dueño. Así no habrás confiado los miembros moribundos al sepulcro. No habrá ninguna gloria de la carne resurgiendo’.

VIRTVTE VINCIT.
─‘La virtud siempre vence’─.

KWEN KHAN KHU

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