Giambettino Cignaroli - La muerte de Sócrates - ¿Por qué nos arredra tanto el fenómeno de la muerte?

Queridos amigos y amigas:

Os escribo unas líneas a propósito de una pregunta que merece ser contestada:

¿POR QUÉ NOS ARREDRA TANTO EL FENÓMENO DE LA MUERTE
EN EL MUNDO OCCIDENTAL?

Antes que nada hemos de tomar en consideración que todo lo que nace tiene que morir un día cualquiera. Esta es una ley de la naturaleza y así lo verificamos todos los días. Este es un fenómeno más subyacente en la ley de la relatividad

El mismo día muere para que nazca la noche, las estaciones van muriendo para dar paso a las siguientes, el mismísimo Día Cósmico ─Maha-Manvantara─ perece para dar lugar al Pralaya ─Noche Cósmica─, etc., etc., etc.

Es muy triste que nuestra cacareada civilización occidental esté muy alejada de estas verdades que son importantísimas a tener en cuenta en nuestro tránsito por el carrusel de la existencia. En el hemisferio oriental, en el cual se cultiva más ampliamente el Budismo que el Cristianismo, las gentes están acostumbradas a separarse de sus seres queridos llegada la hora de la muerte. Además, ellos saben que esa muerte en muchos casos será temporal, pues ellos conocen la Ley de la Reencarnación o Retorno que, lamentablemente, obliga a las almas a volver a este valle de lágrimas que ellos llaman Samsara.

Gran parte de estos miedos hacia la muerte han sido ocasionados por el dogma católico que ha hecho creer a las gentes que solo se vive una vez y que después seremos enviados al cielo o a los infiernos así porque sí.Esto se debió a las inmensas alteraciones que se han hecho a la Biblia y a los miedos que la misma iglesia católica infundió a sus feligreses diciéndoles que aquel que muere sin recibir los sacramentos y sin haberse confesado irá al infierno. Estos infundios han llevado a la humanidad a no querer aceptar LA MUERTE cuando ella se presenta en nuestra vida como un fenómeno natural.

Lo peor de todo esto es que, psíquicamente hablando, mientras la Conciencia está embotellada en mil estupideces, a la hora de separarnos de nuestra forma densa y pasar a morar en el mundo astral, entonces nos llevamos a aquella región nuestras tribulaciones, miedos, dolores que estábamos padeciendo cuando estábamos en nuestras agonías, y allá continuaremos quejándonos de todos estos males aunque ya no los estemos padeciendo porque serán simples formas mentales que nos siguen atormentando en la región de los muertos¡Qué desgracia…!

Para colmo, las gentes entierran a sus seres queridos en los cementerios colocando una lápida de piedra que reza:  RIP ─requiescat in pace,la cual debe traducirse como ‘¡descanse en paz!’,y nosotros añadiremos: ¿cuál paz? ¿Acaso esa persona se pasó la vida estudiándose a sí misma, autobservándose su psicología, etc., etc., etc.?

Añadido a todo este MAREMÁGNUM, resalta el hecho de que la educación que hemos recibido de la iglesia católica nos ha creado a todos APEGOS ENFERMIZOS que no nos permiten apreciar el libre fluir de la existencia en el mundo tridimensional y en otras dimensiones. Entonces, cuando perdemos a un ser querido pareciera que el MUNDO SE VA A ACABAR para nosotros en lugar de tratar de comprender que TODO PASA. Esto resulta muy difícil de entender por nuestra sociedad occidental porque nunca hemos sido educados en   CONFIAR PLENAMENTE EN NUESTRO SER, en meditar en ÉL, en orarle constantemente a ÉL. Como dice el proverbio popular:  «Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena». Nos acordamos de Dios solamente cuando ya el agua nos llega hasta el cuello. Esa es la triste y cruda realidad……

Para colmo de los colmos, el dogma católico afirma que, una vez muertos, si hemos consumido la santa unción cristiana pues automáticamente iremos directos a los cielos, aunque en nuestra vida que acaba de terminar hayamos sido criminales, mafiosos, gánsteres, científicos maquiavélicos que hayamos terminado con millones de vidas utilizando vacunas infernales que ellos hayan inventado, políticos que hayamos llevado a la guerra a miles de almas para que se maten entre sí engañadas con ideas de libertad, liberación, mejoras económicas, derrota de tiranos, etc., etc., etc.

En una de sus conferencias, el V.M. Samael comenta que en una ocasión se encontró con aquel que la historia llamó NAPOLEÓN. Cuando estuvo cerca de aquel personaje le dijo: «Amigo, ¿qué hace usted con ese vestuario y con esa actitud arrogante?», a lo cual el susodicho personaje respondió: «¿No ve usted quién soy? Soy Napoleón Bonaparte, emperador de Francia…». Eso contestó aquel necio, y para colmo el Maestro Samael observó una enorme manada de cerdos que iban detrás de él. ¿Quiénes eran esos cerdos? ¡¡¡Pues las enormes multitudes militares que lo seguían y que ahora estaban ya involucionando!!! Esa es la gran tragedia de continuar con nuestra Conciencia dormida, queridos lectores…

Incuestionablemente que el TEMOR A LA MUERTE denota nuestra ignorancia al respecto de dicho fenómeno. Si las gentes supieran y experimentaran que, mientras dormimos en el lecho, nuestra alma se escapa hacia las dimensiones superiores del espacio y que, al despertar esa alma, esa energía vuelve a quedar aprisionada en nuestra forma física, otro gallo nos cantaría. Empero, el materialismo dialéctico y el materialismo histórico han hecho creer que solo poseemos este cuerpo tridimensional y eso nos produce amargura.

Las escuelas orientales enseñan a las gentes que somos un trío de materia, energía y Conciencia, y que además de nuestro cuerpo tridimensional llevamos energéticamente otras estructuras corpóreas con las que nos desenvolvemos en el hiperespacio. Hasta los antiguos egipcios hablaban de la séptuple constitución del hombre, afirmando que poseíamos:

  1. La momia o el Khat ─el cuerpo material─.
  2. El Kaibith ─el cuerpo etérico─.
  3. El Ka ─el cuerpo astral─.
  4. El Ab ─o cuerpo mental─.
  5. El Ku ─el cuerpo de la voluntad─.
  6. El Ank ─cuerpo de la Conciencia─.
  7. El Sahú ─cuerpo divinal─.

Estas y muchas otras maravillosas verdades comenzaron a desaparecer de nuestro mundo a causa del ateísmo que impregnó la mentalidad occidental con la llegada del positivismo de Augusto Comte, que recibió su sello final con el comunismo del Sr. Karl Marx.

El Gnosticismo contemporáneo samaeliano está tratando de resucitar todos estos tesoros y, además, está entregando a las masas sociales las prácticas esotéricas o metafísicas para que cada quien pueda verificar por sí mismo la realidad contenida en todas estas aseveraciones.

Vigilad y perseverad, aún os queda tiempo…, nos dicen antiquísimos ceremoniales gnósticos……

Os entrego ahora unas frases para vuestra reflexión:

«Y el polvo se torne a la tierra como era, y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio».
La Biblia

«Muy cerca del ocaso de mi vida escucho las sinfonías inmortales de los mundos que me invitan. Es maravilloso pero simple».
Victor Hugo

«La vida es la niñez de nuestra inmortalidad».
Goethe

«Vender un hombre su voz o su silencio es vender su alma».
Vincenzo Gioberti

SIC TRANSIT GLORIA MUNDI.
─‘Así pasa la gloria del mundo’─.

KWEN KHAN KHU

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